En primer lugar, la función principal de los maestros son las observaciones de los niños mientras ellos estudian o interaccionan con sus compañeros. Los maestros observan a los niños durante la clase, interpretan las actitudes y reciben de esta manera un conocimiento sobre el estado del desarrollo del niño y sus necesidades.
El maestro tiene un papel pasivo o mejor dicho tiene la posición de un observador y guía, por lo que deben ayudar al desarrollo de la vida y no forzar movimientos u obras en los niños, no deben intervenir en los actos a menos que se trata de algún conflicto que pueda influir mal en el desarrollo. Por lo demás los maestros deben disminuir las trabas sociales dentro de lo posible.
En segundo lugar, las instituciones pedagógicas deben ser escuelas de experiencias de la vida social. “Ayúdame para hacer mi trabajo a mí mismo” es una idea clave que significa que los adultos o los maestros crean las condiciones más favorables para que los niños puedan desarrollarse de forma autónoma en su educación y crecimiento. Los maestros tienen que crear un entorno preparado para que los niños puedan jugar y aprender según su plano interno o natural. Montessori tiene la opinión que el niño solo absorbe las cosas más importantes o útiles cuando aprende en un entorno preparado. Además los maestros tienen la responsabilidad de adecuar el ritmo del día a día y fomentar el orden en las aulas. Al mismo tiempo a los niños les corresponde la libertad de realizar las actividades y juegos según su propia elección y deseos.
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